Médicos del Mundo Aragón

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miércoles, 20 de julio de 2016

10 Buenos Consejos para Trabajar como Cooperante.

Mil gracias a Jesús Pérez Negre por compartir sus vivencias y sincerarse así. 

Leer estas líneas será muy útil e inspirador para los nuevos cooperantes que se aventuren y los más veteranos seguramente se van a reconocer en lo que nos cuenta...


En febrero de 2015 sólo era un asistente más de un cursillo acerca del virus Ébola organizado por Médicos del Mundo y en mayo de 2016 volvía a Zaragoza tras catorce meses trabajando como administrador en Sierra Leona, el país con más casos confirmados de los que afectó la epidemia. 

No soy sanitario así que no vi enfermos y apenas visité comunidades, pero siendo administrador puedes tener un control de todo lo que pasa en el proyecto. Conoces los fondos que tienes, como se han usado, se están usando y se van a usar, además controlas todo el apartado de recursos humanos aunque gestionar personas sea muy complicado. Para mí es perfecto, eres el menos valorado pero no importa, lo que haces lo haces por ti, no por el reconocimiento.

 

Hay una parte egoísta en el mundo de la cooperación, como en cualquier otro sector. Por un lado te dedicas a esto porque crees que es útil, porque ves resultados de tu trabajo en primera persona y de forma más o menos rápida, y esto te hace sentir muy bien contigo mismo.
El altruismo total no existe, ni si pasas seis meses como voluntario en un pueblo de Tanzania sin agua, internet y lleno de pulgas, con eso también creces, eso también lo haces por ti. Volver a España destrozado, sin fuerzas para nada y pensando que lo has dado todo es incomparable. No esperes reconocimiento por parte de nadie, no lo vas a tener, no tienes por qué tenerlo, reconócetelo a ti mismo, es más que suficiente.


No sabía muy bien como orientar este texto, ya que no soy un experto en nada, simplemente intentaré dar unas recomendaciones basándome en mi experiencia, nada técnico. 




Son algunos consejos orientados a ser inteligente a nivel emocional, ya que allí es fácil perder el control sobre tus sentimientos y sensaciones:


-Os vais a equivocar muchas veces, pero pocas cosas son las que no tiene solución, así que manteneos tranquilos. Quitaos de la cabeza que la única forma correcta de hacer las cosas es la que ya conocéis porque seguramente haya una mejor. Ya había estado en África, en condiciones mucho peores, pero esta era mi primera experiencia laboral en el mundo de la cooperación y llegaba más por descarte que por ser el mejor candidato posible para el puesto. No tenía miedo ni estaba nervioso, pero mi nivel de autoconfianza era prácticamente cero. Adaptaos y empezad vuestra misión pensando en aprovechar la oportunidad, aprender y crecer profesional y personalmente.

-No cambiaréis el mundo, pero sí cambiará vuestra vida porque será una experiencia extraordinaria que la mayoría de la gente no va tener la suerte de vivir.
Este enfoque me parece la forma más inteligente de afrontar una primera misión.
Por desgracia, he visto a muchos sanitarios frustrados porque no teníamos pacientes, porque no han visto un enfermo de Ébola o porque se tenían que dedicar a hacer trainings, al principio no sé daban cuenta que la formación es lo que se va a quedar allí cuando nos retiremos, que curar a una persona es una ayuda puntual que no hará que se reduzca el número de afectados en futuras epidemias, algo que una buena formación sí que conseguirá. Un buen trabajo de comunicación y transmisión de información desde sede antes de la partida es clave para al menos, reducir este sentimiento de frustración sobre el terreno.

-Las circunstancias te convierten en un adicto al trabajo.
Muchos días vuelves a casa mentalmente destrozado tras jornadas de doce horas, eso si tienes la suerte de salir de tu parcela para ir a la oficina. En la primera época de mi estancia en Sierra Leona, de marzo a agosto, estaban prohibidas la reuniones  públicas, la mayoría de bares estaban cerrados y tenías  prohibido tocar a nadie, algo complicado de llevar para los españoles y muy sencillo para los nórdicos. Es cierto que no estás allí para hacer amigos (que los haces) ni para hacer turismo, si no para trabajar y ayudar a llevar a cabo un proyecto, pero buscad tiempo para hacer deporte, leer, escuchar música o hablar con un compañer@ pero NO de trabajo, no te lo lleves a casa. No hay nada que no puede esperar a mañana para solucionarse, dormid tranquilos. En fin cread rutinas para tener vuestra vida lo más organizada posible.

-Conocerás mucha gente y seguramente harás buenas amistades.
Afortunadamente todavía hay personas increíbles en el mundo, gente que sustituye temporalmente a tu familia y amigos, que te apoya en los malos momentos y que te hace crecer, en este aspecto yo he tenido mucha suerte.

-También los hay que se creen mejor que nadie y que por momentoshacen la vida imposible a todo el equipo.
Convives con la gente con la que trabajas y en ocasiones no es fácil desconectar si ha habido algún roce en la oficina. En fin, no os esforcéis en entender a estos personajes, limitad el trato a lo profesional y si hace falta metedles un buen bufido para bajarles los humos. Eso sí, todo esto con una gran sonrisa en la cara, creedme, no falla.

-No os olvidéis de lo que tenéis en casa.
Estarás en otro mundo y creerás que a tu vuelta todo seguirá igual, pero no es así, el mundo que dejas atrás sigue girando igual sin ti, o incluso mejor. Cuida a tu gente y trata de hablar con ellos a menudo, te ayudará a desconectar y ellos también lo agradecerán. Posiblemente pierdas cosas, los sentimientos se enfrían, te alejas de tu mundo y no es fácil recuperarlo. Sé consciente de esto sin agobiarte, asúmelo como un daño colateral y valora si te compensa.

-Cuando volváis, aunque creáis que no, os costará readaptaros. Daros tiempo.
Mantened los pies en el suelo, sed humildes ya que te puedes convertir en una persona odiosa si crees que eres mejor que los demás. Vas a oír muchas veces que eres muy valiente, que te admiran o cosas por el estilo, no te lo creas, simplemente habrás elegido la vida que quieres, que puede darte el mismo nivel de felicidad que una persona que trabajan cuarenta años en la misma empresa, seguro que ellos harán cosas que tú nunca podrías. Todos tenemos nuestro valor añadido.

-El trabajo con los locales es difícil, mucho. Cero paternalismos. Si nos quejamos en España de la corrupción, son aficionados comparados con los sierraleoneses. Es algo que sucede a todos los niveles. Días realmente duros al ver cómo te han mentido en la cara, te han intentado engañar o directamente te han robado dinero. Es algo difícil de asimilar, así que no cometáis el error de aceptarlo pensando que lo hacen por necesidad, siempre habrá alguien que lo necesite más que ellos ya que seguramente no te cruces con la persona más necesitada del lugar. Cero paternalismos.

-Si realmente queréis salir en misión, formaos y preparaos para ello, parece complicado pero llegará vuestra oportunidad.
Yo lo conseguí y soy la persona más normal del mundo. Una vez allí será duro, son muchas cosas las que pueden decirle a tu cabeza que pares y vuelvas a casa. El arroz está bueno y ducharte con cubos puedes ser gracioso, pero todos los días igual no es tan gracioso, eso cuando tienes agua para llenar los cubos. Tampoco es divertido coger malaria o cosas peores, y menos en entorno Ébola. Si a esto le unimos la gente difícil que puedes encontrar, que no te guste el trabajo, que te afecten las situaciones que puedas llegar a ver, el calor, la humedad, la soledad, los viajes por carretera, la corrupción, la pobreza, la desigualdad,  la situación de mujer y los niñ@s, las interminables esperas en los aeropuertos, las reglas de seguridad, las condiciones de vida de los animales domésticos… En fin son miles los factores que harán tu vida, algo diferente.

-Entonces ¿Por qué fui seis semanas y me quedé catorce meses? Porque era muy feliz, así de sencillo.
La clave es que creces, y mucho, en un año maduras de manera exponencial, desarrollas aspectos de tu personalidad que te costaría años desarrollar en tu casa, vives experiencias que nunca vivirás aquí, aprendes y desaprendes miles de cosas, conoces gente que vale la pena y otras que no, pero que también utilizas para desarrollar tu personalidad.
Lloras (mucho), ríes, juegas, disfrutas, te conoces, tienes momentos buenos y malos, aprendes, te desarrollas, en definitiva VIVES.


                                                      Jesús Pérez Negre, cooperante en Sierra Leona.                                                                     (Gracias a la doble B, por cuidarme y enseñarme.)

                                                                 


1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Gran profesional y mejor persona! Me ha alegrado leer tu artículo y saber que el balance ha sido tan positivo.Un abrazo,Pino